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viernes, 27 de agosto de 2010

VÍDEO TERAPIA DE PAREJA. CÓMO MANTENER EL AMOR EN LA PAREJA. PRIMERA PARTE.

jueves, 19 de agosto de 2010

DIEZ CONSEJOS PARA HACER DURAR EL AMOR EN LA PAREJA.



Es evidente que el amor es una importante fuente de autoestima y que tener cubiertos los apetitos sexuales, también disminuye las tensiones.
¿Cómo hacer que el amor dure, o cómo hacer para que para el otro sea agradable permanecer al lado de uno? Obviamente, esto no son recetas, cada pareja tiene sus pactos singulares, pero podemos aventurar algunos consejos generales:
1. Algo muy importante es tener algún proyecto en común además del amor, el amor solo no suele bastar.
2. Otra cosa fundamental es no exigir a la pareja renuncias extremas, porque donde empieza la renuncia, empieza la venganza.
3. La libertad no te la da nadie, uno se la toma, no hay que oponerse a que el otro tome su libertad, que haga sus cosas fuera de la pareja.
4. Otra cuestión es la tolerancia de las diferencias, a veces hay un afán de igualdad que termina con la pareja, o ella le quiere imponer a él o él a ella su manera de ser y de hacer.
5. Otra idea que hay que evitar es la de la pareja como paño de lágrimas. La idea falaz de que “mi marido me tiene que aguantar, porque para eso es mi marido, o mi mujer me tiene que aguantar, porque para eso es mi mujer”. Si queremos cuidar al otro y que nos dure, mejor no agobiarle demasiado con nuestros problemas constantemente. Si tenemos demasiados problemas, y necesitamos hablarlos, no usemos de terapeuta a la pareja, porque no nos resolverá los problemas y “se quemará”, consultemos a un psicoanalista.
6. Otra cosa importante es que no pase a segundo lugar el amor al compañero o compañera, (esto es más frecuente en mujeres), cuando llegan los hijos, eso no le hace bien ni a la pareja ni a los hijos.
7. Evitar involucrar a familiares en conflictos de la pareja, eso siempre empeora las cosas. Lo que se produce en la pareja, hay que intentar resolverlo en la pareja, y en todo caso con la ayuda de un psicoanalista.
8. Un error muy frecuente es centrar toda la felicidad y todas las satisfacciones en la pareja, exigirle a la pareja que sea tu amante, tu amigo, tu psicólogo, tu asesor… esa exigencia no hay quien la aguante, y así nadie da la talla. Las relaciones de ambos miembros fuera de la pareja, enriquecen la pareja.
9. La sexualidad también es importante, no hacerle al otro lo que te gusta que te hagan a ti, averiguar qué le gusta al otro. Y cuando hay algún problema: impotencia, eyaculación precoz, frigidez, no dejar de consultar a un psicoanalista. No son síntomas individuales, perjudican también a la pareja.
10. Hay que aprender a conversar. Y para conversar, hay que escuchar al otro. La conversación no es interrogar al otro sobre cada actividad que realiza, no es reprocharle todo lo que no nos gusta, es conversar, hablar, sin pretender convencer al otro, decir mi parecer, escuchar el parecer del otro. Las parejas que hablan, permanecen juntas más tiempo.

Cuadro: Marte y Venus. Alegoría del Paz. Lagreneé

EL PROBLEMA DE LOS HIJOS QUE PEGAN A LOS PADRES.

Cuadro: Amazona cayendo.


Están apareciendo en las páginas de los periódicos noticias sobre algo que llaman una nueva patología. Los hijos que maltratan a los padres. Frente a esto aconsejan denunciar a los hijos a la policía ¿No les parece que es mejor hablar que denunciar, que es más civilizada la intervención de un psicoanalista que la de la policía?

Estos chicos no son criminales innatos, como he oído decir a muchos supuestos especialistas en el tema, que hablan de predisposición genética y otras cosas imposibles de demostrar.

En el humano, todo se hace entre palabras, y como se hace, también se puede deshacer. Hablan de las familias como si no vivieran en el mundo, y en el mundo pasan cosas ¿Cómo quieren que los jóvenes acepten la Ley, cuando, por ejemplo, el partido en la oposición cuestiona a los magistrados y a la policía constantemente, mientras ellos se saltan la ley de manera perversa y consiguen con artimañas no ser castigados?

Y luego están dale que dale con los límites y la ley. Esto no se arregla con más represión, sino con más cultura. Un niño que sabe conversar, no necesita patalear, chillar, golpear. Los límites evidentemente son necesarios, pero hay que tener algo que limitar, hay que educar primero, culturizar, invitar a la lectura, a la conversación.

No se trata de buscar culpables, pero tampoco de victimizar a nadie. Cuando se llega a esa situación, todas las partes están implicadas. Padres e hijos. Hay que atender a todos los miembros de la familia.

Miguel Menassa dice en uno de sus aforismos que el respeto tiene que ver con el ejercicio de un conocimiento, no de la fuerza.

Y además, los “supuestos expertos” señalan que es la madre la “víctima” más frecuente de los malos tratos, y no tienen en cuenta cuestiones entre los hijos y las madres que funcionan inconscientemente, a veces un golpe es una caricia a alta velocidad, es una manera de tocarse, de aproximar el cuerpo al cuerpo del otro. Muchas veces la hostilidad esconde un intenso amor. Y a la madre, no conviene amarla tanto, porque si no, pasa lo que pasa. Estas cuestiones hay que analizarlas, hablarlas con un verdadero experto, con un psicoanalista.

martes, 17 de agosto de 2010

¡NO SOPORTO A MI SUEGRA!



La figura de la suegra se alza implacable como una sombra tras la que la pareja se repliega. Quizás la suegra es uno de los familiares más frecuentemente utilizados como blanco de los chistes. ¿Sabían ustedes que una de las funciones del chiste es expresar hostilidad, dar rienda suelta a nuestras pulsiones hostiles? Pues eso: que cuando hacemos muchos chistes con un personaje, de contenido irónico o burlón, estamos descargando parte de nuestro odio hacia ese personaje.

Pero esta es la paradoja: las relaciones familiares (también con la familia política) son ambivalentes siempre. Un odio exacerbado puede esconder un amor igualmente intenso. Es más, cuando un afecto es rechazado, su manera de disfrazarse puede ser su transformación en lo contrario. Así, muchas veces, cuando se experimentan deseos sexuales que escandalizan al propio sujeto que los padece, estos se transforman en hostilidad, más fácil de demostrar que el deseo.

Recordemos que el primer amor del niño fue su madre, y que la suegra cae en ese lugar de las figuras maternas, por tanto no es raro que se desplacen a ella los mismos sentimientos que se abrigaron en la infancia hacia la madre. En ocasiones el “no soporto a mi suegra” no es más que un: “no soporto los deseos prohibidos que mi suegra despierta en mí”.

La mala fama de las suegras depende más de los yernos (los que cuentan los chistes) que de ellas mismas, aunque es cierto que en ocasiones ellas ayudan, por ejemplo, cuando el narcisismo familiar las lleva a sobrevalorar a su hija y a rechazar todo aquello extraño a la familia, también al yerno. También la hija puede provocar tormentas matrimoniales, cuando antepone la figura de su madre a la de su pareja.

No obstante, tenemos que tener en cuenta que un desacuerdo entre las familias de los cónyuges expresa muy comúnmente algún desacuerdo entre los miembros de la pareja. Obviamente, son desacuerdos inconscientes, que el psicoanálisis viene a develar.


Cuadro: Cupido y Psique. La suegra de Psique (Venus), madre de Cupido, puso a Psique todos los obstáculos posibles para que evitar el amor entre su hijo y ella.

viernes, 13 de agosto de 2010

SI TÚ ME DICES VEN, LO DEJO TODO ¿Y LUEGO QUÉ?



Hay mujeres con brillantes carreras Universitarias, excelentes profesionales en su trabajo, que pierden toda su inteligencia frente al hombre amado. Cuando están en pareja, embotan sus capacidades, disminuyen su productividad, se anulan.

Freud nos advierte que no son muchas las fuentes de autoestima, y una de ellas es el amor. Cuando amamos, nuestra autoestima aumenta. Pero esa no es la única fuente. Los logros sociales y laborales son otra fuente importantísima, quizás la más importante, de autoestimación. Nos recomienda no jugar toda nuestra felicidad a una sola carta, en este caso al amor de pareja.

Tenemos que saber que las mujeres padecemos inconscientemente de un afán de ser mantenidas por un hombre. Y estamos dispuestas a someternos a una persona por amor. Es verdad que la libertad absoluta no es posible, a algo hay que someterse. Podemos decir que la única libertad humana es elegir a qué me someto. Someterse a una idea, a la cultura, a la civilización, a un pensamiento, a una disciplina científica, da una libertad con límites, que es la libertad humana. Una libertad sin límites, enferma, es la locura. Hacer “lo que a uno le da la gana”, enferma. Pero someterse a una persona, también enferma.

Estas mujeres, que padecen inconscientemente de querer ser mantenidas, se sienten feas cuando no tienen pareja, aunque sean hermosísimas, no tiene que ver con la realidad material, es una fantasía inconsciente. Cuando tienen que trabajar para producir el dinero necesario para sostener su vida, de vez en cuando las asalta la idea ¿no seré lo suficientemente bella cómo para conseguir que un hombre me mantenga? Por eso, en cuanto tienen pareja, son atrapadas por esta “fantasía de mantenida” y disminuyen escandalosamente su productividad.

El problema de muchas parejas, es que ella renunció a su vida por amor, y luego se venga sin darse cuenta, que es la mayor venganza. Ella dejó su trabajo para casarse, perdió “por él” una de sus mayores fuentes de autoestima, pero luego le hace responsable a él de esa decisión, (cuando ningún otro es responsable de nuestras propias decisiones) y en la convivencia se torna hostil y resentida. Si uno ha decidido reproducirse, hay que aprender a sumar. La producción y la reproducción. No la producción o la reproducción. Y si hay un elemento que nos enseña a sumar, es el psicoanálisis, aunque sólo sea porque ahora, además de la relación con mi marido, tengo una nueva relación con el/la psicoanalista, que nada me pedirá, excepto un poco de dinero, que siempre es poco en comparación con las ventajas que obtengo, a cambio de esa relación.


Cuadro: Eros y psique.

¿SOMOS UNA PAREJA O UN PAR TRAS LA REJA?




Hay parejas en las que se observa una extrema necesidad de control de uno de los miembros sobre el otro. Cada vez que ella falta de la casa, él la interroga hasta dejarla exhausta, o viceversa, o huele su ropa buscando un perfume distinto al suyo, o le mira los móviles y el correo, etc. Este ejercicio de control sobre el otro, llega a veces a tales extremos que aquél que quiere controlar al otro, deja trabajo, amigos, estudios, para dedicarse todo el día a vigilar a su pareja.
Más que una pareja, parecen un par tras la reja. Él o ella es la prisionera, y el otro o la otra el carcelero.
Pero tengamos en cuenta que esta situación no es grata para ninguno de los dos miembros de la pareja. El carcelero está tan preso como el prisionero, ya que tampoco se puede mover de entre las rejas. Podemos decir que los barrotes de esas rejas son una forma, una manera de pensar, una concepción de la pareja. En esa concepción, el otro me pertenece, y existe un temor a perderlo constante.
Curiosamente, hay algunos niños que nunca (o muy raramente, y solo acompañados de sus padres) salen a la calle a jugar con los amigos, permanecen todo el día en casa junto a sus padres. No confían en su amor, dudan de él, y los vigilan todo el día. Creen que si se marchan, ya no volverán. Esta fantasía infantil de abandono, puede darse también en el adulto. La confianza es un elemento fundamental de las relaciones de pareja. Estar todo el día en situación de alerta, no sólo no evita el abandono, sino que lo propicia, ya que hay muy pocas parejas que puedan tolerar sobre sí este control férreo de todos sus movimientos.
Cuando surgen estos inconvenientes, lo mejor es consultar a tiempo a un psicoanalista.

Cuadro: El rapto de Psique. Bouguereau

miércoles, 11 de agosto de 2010

TENDEMOS A LA INFIDELIDAD MÁS QUE A LA FIDELIDAD




Nuestro primer amor, tanto para hombres como para mujeres es nuestra madre. Para poder salir de esa relación única, que es la relación con la madre, al mundo, tenemos que ser infieles a ese primer amor, de ahí que constitutivamente, tengamos tendencia a la infidelidad, que es la que nos abre las puertas el mundo: Ya no deseo sólo a mi madre, sino que deseo otras cosas fuera de mi madre, y eso me salva. El hombre tiene que aprender a sustituir a su madre por otra mujer, y la mujer debe aprender primero a sustituir a la madre por el padre y luego al padre por otros hombres.

Como tuvimos que ser infieles desde el principio a nuestros primeros amores, ambos tenemos tendencia a la infidelidad, eso no quiere decir que debamos realizar estos deseos, cada uno verá cual es la opción que elige, pero muchos de los dramas del sujeto con respecto a su relación de pareja, son por no aceptar que tiene deseos por otras personas fuera de la pareja. Aceptarlo no quiere decir necesariamente realizarlo.

Cuando él o ella son monógamos (no en el sentido de tener una sola pareja, sino de amar una sola cosa o persona, de amores únicos) quiere decir que sólo aman a su madre, mientras que si ellos aman, por ejemplo, a una mujer y a su trabajo, o a algún amigo o amiga, quiere decir que su egoísmo ha encontrado un límite en el amor a los otros y a lo otro. Lo mismo para ellas.
Tener varios amores (trabajo, amigos, hobbies) enriquece la relación de pareja.

Cuadro: La huída. Remedios Varo

lunes, 9 de agosto de 2010

¿TE HAS PREGUNTADO ALGUNA VEZ QUÉ DESTINO LE DAS AL AMOR EN TU VIDA?




Cuántas parejas se separan después de tener el primer hijo o cuando los hijos son mayores, este fragmento de psicoanálisis.com, nos puede aclarar el porqué de algunas de esas separaciones:

Fragmento del libro psicoanálisis.com, de la psicoanalista Amelia Diez Cuesta. Son sesiones de análisis, habla Jorge, el paciente:

Parece que primero hay que saber qué voy a hacer con el dinero para poder ganarlo, hay que saber qué quiero del amor para poder amar…si lo quiero para reproducirme…dura hasta que decido no tener más hijos…muchas personas se separan al poco tiempo, o dicen: voy a esperar a que crezcan un poco los hijos y me separo…¿y siempre se sabe lo que quieres del amor?, lo sé sin saberlo, lo sé de manera inconsciente, sólo veré sus efectos…si me separo cuando mis hijos han crecido, cuando no tienen esa necesidad de familia junta, porque familia siempre se tiene, “o se lleva dentro o se lleva fuera” Tal vez mi relación con Lola tuvo como fondo el pago de mi deuda con la especie…saber qué destino le doy al amor en mi vida.


Cuadro: La sirena. Waterhouse