DIEZ CONSEJOS PARA UNA VIDA SEXUAL SANA.
- 1. No hacer al otro lo que me gusta que me hagan. Este principio kantiano rige inconscientemente la vida, y ya no hablamos exclusivamente de la vida sexual, de muchos, que van por ahí haciendo a los demás lo que les gusta que les hagan a ellos, si esto no sirve mucho para la vida, para lo sexual el fracaso es aún más estrepitoso. Averigüemos lo que le gusta al otro y hagámosle saber lo que nos gusta.
- 2. Hablar de lo sexual está mucho más prohibido en las parejas que mantener relaciones sexuales. Pero follar follan también los animales, y sin embargo, hablar sólo el humano ¿porqué no querremos humanizar nuestra sexualidad? Hablar de lo sexual con la pareja puede transformar una sexualidad monótona en una sexualidad variada y divertida.
- 3. Una vez hablamos, allá hace diez años de nuestra vida sexual, y así quedó para siempre, ahora estamos aburridos ¿no habrá que resetear, que reinventar, que volver a conversar? Esas pautas que nos sirvieron en un principio pueden no servir ahora.
- 4. Una escena de celos de vez en cuando, regulada, controlada, casi a propósito, no está nunca de más, incluso puede contribuir a aumentar el deseo y propiciar un agradable encuentro sexual con el compañero o compañera, pero no nos pasemos de celosos, que eso ya es sentimiento de propiedad sobre el otro, y además corta el rollo más que excitar.
- 5. El Goce, ¡qué líos arma! Si no quisiéramos que hacer el amor sirviera para algo, quizás gozaríamos más, pero lo utilizamos para someter al otro, para chantajerlo, para convencerlo. Si amáramos por el simple hecho de gozar del amor, sin un objetivo, gozaríamos mucho más.
- 6. Cuando una pareja decide tener hijos, parece en ocasiones sacrificar su sexualidad a la paternidad. Programa encuentros, fecha los polvos, calcula las ovulaciones. El Goce programado, muere. Tener hijos es un beneficio extraordinario de hacer el amor. Si gozamos de los encuentros, vendrá el hijo.
- 7. Chicas: no hay hombre que tolere el goce femenino, o tiene que estar en análisis para tolerarlo, así que paciencia, lo que no es de recibo es que cercenemos nuestro goce frente a su intolerancia.
- 8. Chicos: Cuando ella goza mucho, a veces, se pone tremendamente hostil, no soporta que su Goce se lo deba en parte a otro, que se haya producido entre dos. Paciencia también. A veces basta con decírselo para que se ablande: hay que ver cómo te pones después de gozar…
- 9. No hay una sexualidad igual para todo el mundo, así que la sexualidad de esa pareja en concreto, hay que construirla, es única e irrepetible, por eso, sobre los actos sexuales concretos: tóquele el culo a su chica, o métale el dedo en la oreja a su chico, etc, etc, no se pueden dar consejos generales. Podemos decir que hay otra manera de pensar la sexualidad que la habitual, pero no podemos establecer una mecánica sexual universal. Lo que le hace al vecino su mujerarido, no tiene porqué gustarle a mi marido.
- 10. Por último: la impotencia del varón o su eyaculación precoz, la frigidez o vaginismo de la mujer, son síntomas terriblemente egoístas, no sólo los padece uno, sino que se los hace padecer al otro. Si no es por uno mismo, al menos por el otro, no estaría de más consultar a un psicoanalista.