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miércoles, 5 de enero de 2011

EL AMOR, EN PRIVADO, POR FAVOR




Ser hombre o ser mujer es poco para el hombre. Hombre y mujer, macho y hembra son categorías de la especie, no del sujeto, o un hombre es mucho más que un hombre y una mujer es mucho más que una mujer.
Pocos se sorprenden cuando dos enamorados caminan de la mano o se besan apasionadamente, mostrando sin pudor sus amoríos al mundo, se considera algo romántico, libertario, una modernidad, o quizás, actualmente, la normalidad.
¿Qué es la normalidad? La normalidad está marcada por la ideología de los estados, y en casi todos los casos, es algo que le hace mal a los humanos, que les evita pensar y que borra las diferencias. Si no tengo un criterio, tengo el criterio de los Estados -ese que nos iguala a todos, que “nos globaliza”-, de la prensa amarilla, o lo que es casi peor, la ideología materna.
¿Qué es moderno? ¿No es un retroceso hacer como hacen los animales, antes de toda civilización, que no se esconden para hacer las cosas del amor? Lo que consideramos moderno es a veces lo más arcaico. Hay quien guarda pudorosamente sus escritos en un cajón y luego va exhibiendo su sensualidad.
Exhibir el amor estropea el amor. Y sobre todo, estropea los negocios.
Un hombre es un hombre sólo cuando está en la cama, y las mujeres no están exentas tampoco de esta verdad. La hombría dura lo que dura el acto sexual. También la feminidad. Después del acto, uno es un profesor, un alumno, un sastre, un académico, un deportista, un cinéfilo, un lector, nunca un hombre o una mujer. Se es lo que se hace, la función que se ocupa.
Por eso que no conviene ir por el mundo haciéndose la mujer, el hombre, cuando tocan otras cosas. Por eso que el amor, si queremos cuidarlo, si queremos que dure y que no nos estropee los negocios, mejor hacerlo en privado.

12 comentarios:

  1. No comparto su visión. Las muestras de amor en público no están bien vistas en público entre adultos y no se consideran una "normalidad". Creo recordar que en china son un delito. En cambio sí que se tolera el cinismo, la injusticia o la crueldad. Es evidente que a nadie le gustaría que un sastre le tomara las medidas mientras hace el amor, o que un controlador hiciera el amor mientras trabaja. Pero no acabo de entender en que puede alterar el orden público que una pareja camine por la calle de la mano.
    Estoy de acuerdo en que conviene ocultarlo porque no se tolera. Pero tal y como no conviene hacer ostentación de nada en este mundo de penuria galopante.

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  2. Muchas gracias Alejandra, me gusta mucho tu pensamiento. ¿Podríamos decir que hablamos de ética cuando hablamos de lo que nos conviene, de lo que no nos conviene? Gracias.

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  3. ¡Viva China!
    Si me van a operar y veo que los cirujanos se están dando besitos salgo corriendo con el culo al aire y los denuncio.
    Gracias Alejandra. Muy interesante.

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  4. Hola Antígona: Estoy de acuerdo contigo en que lo más obsceno de este mundo es la Guerra (la frase es de Henry Miller), pero eso no contradice las tesis que planteo. Las caricias y los besos son actos preparatorios al acto sexual, aunque luego se aislen y se transformen en un acto en sí mismos. No mostrar públicamente la sexualidad es un cuidado de la sexualidad, y también del trabajo. En fin, no es necesario acordar o desacordar, estamos conversando.
    Gracias por el comentario

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  5. Gracias Sylvie, exacto, se trata de una ética y no de una moral.
    Gracias por tu inteligencia
    Alejandra

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  6. Gracias Kepa. Algunas prohibiciones cuidan a los ciudadanos, tal vez. Nos protegen de nosotros mismos.

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  7. Genial Alejandra, un pensamiento muy productivo. Gracias

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  8. Gracias, Magdalena. Agradezco la lectura y el comentario

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  9. Me parece muy interesante tu aportación a esta cuestión, y como simplemente, como tú dices, estamos conversando, quiero decir que toca algo muy sensible... lo público / lo privado... Precisametne la frontera entre ambos universos, en los últimos tiempos está muy poco clara. La sociedad actual, los medios de comunicación y la tecnología, parecen empujarnos a penetrar en la vida de los otros, y a cambio ellos pueden penetrar en la nuestra, desdibujando las fronteras y haciendo que el suelo que pisamos en las ciudades, parezca líquido e inestable.
    Quiero recordar la maravillosa película "la ventana indiscreta, en la que el protagonista observa, analiza, cotillea, sin intervenir.
    Me gustaría añadir la curiosa confusión semántica en Griego entre máscara y persona. Al fin y al cabo, todo parece un problema de identidad. tengo miedo de los otros, pero me alimento de ellos.
    El amor libre... cuanto más libre, menos amor y menos libre...
    El amor es privado, pero cuando quiero a otra persona, se convierte en público. Dos son multitud.

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  10. Hola Francisco, interesantes reflexiones, si, estamos conversando. Es cierto, en un encuentro de dos, están ellos y todos sus fantasmas, eso daría para otro artículo. Un abrazo, me alegra encontrar por aquí tus palabras

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  11. Es interesante lo que dices y lo llevaria incluso no solo al amor en privado sino al amor privado, cuando realmente se lo desea. Esto es muy importante y a veces parejas que sufren de infertilidad momentanea no pueden permitirse ya que deben consumir su amor a ciertas horas y en momentos indicados.

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  12. HOla Nadine: si, es cierto, es un drama porque calcular el goce, programarlo, hace que desaparezca el goce. Menos mal que la mayoría de las infertilidades son psíquicas y muchas se resuelven con psicoanálisis. Un saludo y gracias por tu comentario

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